En todas las comunidades vulnerables de la República Dominicana, donde las necesidades de atención médica a menudo superan los recursos disponibles, surgen dos nombres que brillan con dedicación y compromiso: Lic. Tony Peña y el Dr. Guillermo Moringlane. Estos incansables defensores de la salud y las políticas sociales han dejado una huella profunda en cada rincón del país. Moringlane, Director de Salud del Gabinete Social, adjunto a un grupo de profesionales del sector salud y áreas diversas han escrito con letras de oro en cada lugar recorrido, sus nombres, llevando un sentimiento de esperanza a los más necesitados en cada municipio, sección y paraje del país.
El Gabinete de Política Social, bajo la dirección de Tony Peña, se ha convertido en la cara social del Estado Dominicano. Su objetivo es cerrar las brechas en salud y bienestar, y aquí es donde Guillermo Moringlane ha desempeñado un papel crucial. A través de alianzas estratégicas, han logrado impactar las vidas de miles de dominicanos y dominicanas.
Una de las proezas más notables de Guillermo Moringlane ha sido la implementación de una estrategia de captación y donación de medicamentos y productos sanitarios. En colaboración con la Fundación El Buen Samaritano, han proporcionado sillas de ruedas, mascarillas, lentillas oftalmológicas, pruebas COVID-19 y muletas a las familias más necesitadas. Esta respuesta rápida y puntual ha aliviado la situación creada por la pandemia y ha mejorado los cuidados en asilos y centros de salud.
Guillermo Moringlane y su equipo trabajan incansablemente para asegurar que cada donación llegue a quienes más lo necesitan. Han establecido una relación cercana con directores de hospitales, asilos, orfanatos, cárceles y estaciones de bomberos Las expresiones de gratitud de estas instituciones son un testimonio de su labor constante y su impacto positivo en la calidad de los servicios de salud.
La filantrópica labor impulsada por los miembros del Gabinete Social de la Presidencia ha despertado la esperanza de los dominicanos y ha dibujado una sonrisa inefable en el rostro de los más vulnerables, quienes han expresado una alta satisfacción por los servicios recibidos.